¿Qué vas a encontrar en este blog?

Este blog nace como un pequeño proyecto literario personal para que tengan un espacio los textos que a veces siento necesidad de escribir.
Espero que sirva como canal para encontrarnos con los lectores a los que les pueda interesar esta obra. Aquí estarán publicados los relatos sobre mi hermana Soraya Lanfranco, otros textos de todo tipo y la obra de mi padre, Carlos Alberto Lanfranco, quien me encargó que la publique, poco antes de morir.

El blog se llama Sorenado en homenaje a Soraya, que ya no está con nosotros. Sorenado es un término que ella inventó cuando era pequeña. Como esta iniciativa es acerca de palabras, me pareció apropiado para que la identifique.

Espero que les gusten los trabajos y nos hagan llegar sus impresiones a través de los comentarios. De esta manera lograrmos un ida y vuelta que enriquezca el contenido.

Germán Lanfranco

sábado, 18 de julio de 2015

Juntas, tomadas de la mano - 7° Relato sobre Soraya




Podía ser casualidad. Aunque para muchas personas está claro que no; otras tantas creen que sí; mientras que algunas aún no lo deciden, o no les interesa el asunto.
Lo cierto es que, entre miles de millones de posibilidades, les tocó a ellas: caminar de la mano casi cuatro décadas, luego de haber salido del mismo vientre.

------------------- II --------------------

En los últimos días, tras la triste despedida llena de amor, le había pedido numerosas veces que le de una señal: para saber que aún estaba allí, junto a ella. Fantaseaba con ese momento, aunque no sabía exactamente que pretendía. Además, de alguna manera, entendía que cuando alguien desea ver algo, con mucha intensidad, la mente puede ser tramposa y hacernos conectar situaciones y circunstancias casuales para darnos con el gusto.

"Dame una señal" volvía a pensar, mientras miraba la foto sobre el modular. Luego, las cosas de la casa y el trabajo la traían de nuevo a la rutina: preparar la comida; las actividades de los chicos; o encontrar el celular, que una vez más, se había extraviado.

Con tantas cosas en la cabeza, más la angustia que le provocaba extrañarla tanto, se dijo a si misma que era normal que ande siempre perdiendo las cosas, o que olvidara donde las dejaba. Es que no era la primera vez, esa semana, que no recordaba adonde dejaba el teléfono. La solución: hacerse llamar con el aparato de su esposo, como en las últimas veces, para ubicarlo por el sonido.

Pero, esta vez, no funcionó y se preocupó. Por más que llamaban no lograban escuchar el timbre del celular y por lo tanto, no daban con el.

Fue la casualidad la que hizo que finalmente apareciera. Levantaron un abrigo y allí estaba, bajo una pila de ropa en un extraño lugar.

Sin embargo, el alivio que sintió al verlo se disipó rápidamente. Las luces del teléfono notificaban insistentemente por dos llamadas perdidas: una con el nombre de su esposo, la otra, con el nombre de su hermana fallecida.

¡Una explosión de sensaciones le atravesó el corazón!

La llamada de su esposo figuraba con el día, la hora y el número de línea; la de su hermana sólo tenía el nombre, sin registro de fecha ni de número.

Sobreponiéndose a la situación, buscó el contacto en la agenda. No lo encontró. Lo había borrado hacía un mes, porque le daba pena verlo.

Revisó entonces el registro de llamadas perdidas: estaban todas las que recordaba en los últimos días, más esta, que antes no figuraba.

Sorprendida y conmovida, intentó hallar la explicación escrutando todas las posibilidades que se le ocurrieron, o le propusieron. No la encontró, o no se animaba a admitirla.

"Querías una señal, ahí está. No me pediste que la envíe ahora, sino, que te llegue ahora; que es cuando la necesitás"

Siempre hay una distancia temporal, tan lejana de la nada como de la eternidad, entre el momento en que emanamos nuestra presencia y se materializa en percepción en los demás.
Lo importante no es el tiempo, que es una dimensión que fluye y no manejamos. Lo importante es que lo sentimientos, que sí manejamos y alentamos, mantengan presentes en nuestra esencia a los seres con quienes nos cruzamos en la vida, como cuando vamos juntos, tomados de la mano.

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