¿Qué vas a encontrar en este blog?

Este blog nace como un pequeño proyecto literario personal para que tengan un espacio los textos que a veces siento necesidad de escribir.
Espero que sirva como canal para encontrarnos con los lectores a los que les pueda interesar esta obra. Aquí estarán publicados los relatos sobre mi hermana Soraya Lanfranco, otros textos de todo tipo y la obra de mi padre, Carlos Alberto Lanfranco, quien me encargó que la publique, poco antes de morir.

El blog se llama Sorenado en homenaje a Soraya, que ya no está con nosotros. Sorenado es un término que ella inventó cuando era pequeña. Como esta iniciativa es acerca de palabras, me pareció apropiado para que la identifique.

Espero que les gusten los trabajos y nos hagan llegar sus impresiones a través de los comentarios. De esta manera lograrmos un ida y vuelta que enriquezca el contenido.

Germán Lanfranco

jueves, 20 de octubre de 2016

Onírico - 10º Relato sobre Soraya

Escrito por Germán Lanfranco.

Abrí la puerta del dormitorio, llegábamos con mi esposa, no recuerdo de dónde. La luz estaba encendida. Entonces la vi. Estaba parada del otro lado de la cama, lucía espléndida.
Cuando nos vio entrar, me sonrió. Mi mujer, que obviamente no la veía, me seguía preguntando no sé qué cosa. Una especie de frío me corrió por todo el cuerpo, pero me puse feliz de verla allí.
—¡Mirá quién está! —le grité a mi mujer.
"Es imposible que esté aquí" pensé, dándome cuenta de que sólo sería posible si estaba en medio de un sueño.
Me cuesta describir la belleza que tenía en ese momento. Estaba radiante, se la veía feliz, con una sonrisa enorme y mirándome, alegre de recibirme.
Llegué hasta donde ella estaba y nos abrazamos.
Sé que me hablaba pero no lograba oír lo que decía. Pero sé también, que lo que pronunciaba eran palabras cargadas de paz y de amor.
Me sentía plenamente feliz. Estoy seguro de que ella también, eso me quedó muy claro.
Mi esposa, que también se arrimó, no sé si se daba cuenta de lo que sucedía. Pero también recibió ese abrazo profundo en el que nos fundimos los tres.
Luego la besó en la frente.
Estuvimos varios segundos estrechados de esa forma.
Creo que nunca experimenté una sensación de gozo y amor tan profundo, lleno de tanta paz.
Tras tomarme de la mano, me llevó hasta el lavadero.
Dobló algo en cuatro partes, creo que era una especie de tela, un trapito, o algo así, y me dio alguna instrucción que no recuerdo.
Mi esposa dormía profundamente a mi lado mientras me despertaba, sudado y con los ojos llenos de lágrimas. Estuve tentado de despertarla, para preguntarle si había experimentado lo mismo que yo.
Algo cambió dentro de mí.
Fui hasta el baño. La conmoción por lo vivido aún me hacía temblar. Quería llamar a alguien para compartir lo sucedido, pero la vista de las luces encendidas en la plazoleta me hizo percatar de que aún era la madrugada.
Me acosté nuevamente recordando su imagen, su abrazo.
Siempre fue catalogada por todos como una mujer bella, pero estoy seguro de que una de sus imágenes más lindas, me la regaló a mí, esa noche.

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